martes, 28 de julio de 2009

Y… Todavía me Duele La Traición

“Perdonar es el valor de los valientes.
Solamente aquel que es bastante fuerte
para perdonar una ofensa, sabe amar.”

Alguna vez te traicionaron, te jugaron
sucio bien sea en el matrimonio, noviazgo
o aun en el trabajo o ministerio. ¿Te esta
doliendo la herida? ¿Quieres perdonar y no puedes?
¿Estás tentado de empezar a pagar con la misma
moneda? Lo mas seguro es que llegues a pensar
que fuiste un tonto o una tonta, y que eso no
te lo vuelven a hacer nunca más.

-Hago tanto por otros y.....

- Tanto que ayude a esta persona a ser
lo que es y ahora como me paga, ni me
agradece.

- Todo lo que hice por esta iglesia y ni
siquiera una llamada, una visita.

- Era mi mejor amigo o amiga y ahora anda
diciendo cosas que no son ciertas.

- De quien menos esperaba una traición,
no confío en nadie más.

Y la pregunta infaltable: ¿Qué hago? ¿Y si la/lo
perdono y lo vuelve a hacer? Tenemos tres opciones:

Nuestra primera opción es mantener la distancia,
queremos sentirnos protegidos y asegurarnos que no
volverá a lastimarnos. Es la natural.

Nuestra segunda opción es pagar los platos rotos
con personas que no tienen nada que ver con el asunto.
Empezamos a contaminar a otros. Es la carnal.

Nuestra tercera opción es perdonar y entregar esa
herida a Dios. El es el único que puede sanar,
restaurar y renovar nuestras convicciones y
nuestra actitud de servicio y compromiso con los demás.
Es la espiritual.

Espero que hayas escogido la tercera opción.
Si hay alguien que puede entender la traición es
Jesús, en Lucas 23:34 dijo: “¡Padre, perdona a
toda esta gente! ¡Ellos no saben lo que hacen!”,
así que él entiende tu dolor y está presto para
sanarte y ayudarte en el proceso. Las heridas son
oportunidades para crecer y madurar en la vida.

El perdonar no es una opción, es una orden divina
para poder experimentar libertad en las relaciones
y en la vida. Es un proceso que podría tomar un
tiempo donde se busca reestablecer la confianza y
para hacerlo se requiere compromiso de cambios y
responsabilidad.

“Si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho,
Dios, su Padre que está en el cielo, los perdonará
a ustedes. Pero si ustedes no perdonan a los
demás, tampoco su Padre los perdonará a ustedes.”
Mateo 6:14-15 (BLS)

No dejes que las heridas te limiten en tu potencial,
cercenen tus sueños. Dios puede cambiar tu desierto
en paraíso si estas dispuesto a perdonar, amar y
servir sin esperar nada a cambio. Dios va a usar
tus heridas para bendición de otros.

Cuenta una leyenda india que un hombre transportaba
agua todos los días a su aldea usando dos grandes
vasijas, sujetas en las extremidades de un pedazo
de madera que colocaba atravesado sobre sus espaldas.

Una de las vasijas era más vieja que la otra, y
tenía pequeñas rajaduras; cada vez que el hombre
recorría el camino hasta su casa, la mitad del
agua se perdía.

Durante dos años el hombre hizo el mismo trayecto.
La vasija más joven estaba siempre muy orgullosa
de su desempeño, y tenía la seguridad de que estaba
a la altura de la misión para la cual había sido
creada, mientras que la otra se moría de vergüenza
por cumplir apenas la mitad de su tarea, aún
sabiendo que aquellas rajaduras eran el fruto
de mucho tiempo de trabajo.

Estaba tan avergonzada que un día, mientras
el hombre se preparaba para sacar agua del pozo,
decidió hablar con él:

- Quiero pedirte disculpas ya que, debido a mi
largo uso, sólo consigues entregar la mitad de mi
carga, y saciar la mitad de la sed que espera en tu casa.

El hombre sonrió y le dijo:

- Cuando regresemos, por favor observa
cuidadosamente el camino.

Así lo hizo. Y la vasija notó que, por el lado
donde ella iba, crecían muchas flores y plantas.

-¿Ves cómo la naturaleza es más bella en el lado
que tú recorres? comentó el hombre. – Siempre
supe que tú tenías rajaduras, y resolví aprovechar
este hecho. Sembré hortalizas, flores y legumbres,
y tú las has regado siempre. Ya recogí muchas rosas
para adornar mi casa, alimenté a mis hijos con lechuga,
col y cebollas. Si tú no fueras como eres,
¿cómo podría haberlo hecho?

Esta vasija tenía una cualidad que a la vista
no era positiva ni agradable, era una herida,
sin embargo produjo buenos resultados porque
se mantuvo en la humildad y el perdón. Tú puedes
lograrlo.

Hoy es el mejor día para perdonar y ser sanado
de toda herida. Es tiempo de vivir la vida extraordinaria.

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