miércoles, 21 de octubre de 2009






Si todas nuestras palabras son amables, los ecos

que escucharemos también lo serán.

¡La manera en que nos comportamos con los

demás demuestra cuánto creemos en Dios!

  • Una palabra irresponsable: puede encender discordias.
  • Una palabra cruel: puede arruinar una vida.
  • Una palabra de resentimiento: puede causar odio.
  • Una palabra brutal: puede herir o matar.
  • Una palabra amable: puede suavizar las cosas.
  • Una palabra alegre: puede iluminar el día.
  • Una palabra oportuna: puede aliviar la carga.
  • Una palabra de amor: puede curar y dar felicidad.

¡Las palabras son cosas vivas! ¡Bendicen o maldicen, Alientan

o abaten, Salvan o condenan!

Mateo 12:36-37
Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los

hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por

tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado.

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